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ANÁLISIS DE UN NUEVO PALO

Eurovisión maltrata a España: ¿Hay motivos para una nueva decepción?


 

Miki Nuñez solo consigue 7 votos gracias al jurado y maquilla un poco el resultado con el voto popular

Duncan Laurence, ganador de Eurovisión 2019


La relación de España con Eurovisión sigue negada. Hay frío, mucho frío con un festival que en los últimos años maltrata la candidatura española, sea con el estilo que sea, otorgándole lugares irrisorios en la tabla de clasificación. Las expectativas con Miki Núñez no eran como para tirar cohetes, aunque las casas de apuestas no le auguraban un mal lugar ubicándolo en la parte central de la clasificación. Pero la venda cayó y todo ha seguido igual, especialmente a la hora de votar el jurado de los 40 países restantes, que no han tenido piedad con la candidatura española.
El primer titular es tan corto como drástico: a Miki solo le han votado dos países. Bielorrusia ha sido su mejor aliado otorgándole 6 puntos, mientras que el otro estado que se ha acordado de España, Rusia, ha sido para darle un simbólico punto. En total siete puntos que dejaban a La venda de Miki en la última posición al término de la primera fase de votaciones.
El catalán lo ha dado todo con 'La venda'
El catalán lo ha dado todo con 'La venda' (Abir Sultan / EFE)
Quedaba el sistema de televoto- las votaciones de los espectadores de cada país- y eso ha sido lo que le ha permitido a España maquillar un poco el panorama desolador que se le presentaba. 53 puntos que han oxigenado a Miki y lo han alzado en el quinto lugar por la cola, superando a países como Alemania o Reino Unido con los que el voto popular ha sido especialmente macabro. Al final, la sensación más que de fracaso es de desánimo por no saber dar con la tecla que puede hacer que España cambie su relación musical con un festival que ha ganado en dos ocasiones, pero muy lejanas en el tiempo.
La pregunta que se puede hacer ahora mucha gente es cuál es el motivo de esta nueva decepción. Lo que parece claro es que para gustos los colores y es difícil que una canción pueda gustarle a todo el mundo, por lo que siempre quedará el tradicional flagelo de asegurar- una vez conocido el resultado- que deberíamos haber acudido con otra propuesta. Pero esta es una visión muy subjetiva con la que es difícil hacer un análisis, ya que también hay mucha gente a la que le gusta La venda, y se sentirá traicionada por unos votos, en algunos casos sospechosos, que han ido a para a propuestas que musicalmente hablando estaban muy por debajo.

Una nuevo golpe emocional

La sensación más que de fracaso es de desánimo por no saber dar con la tecla que puede hacer que España cambie su relación musical con un festival

Parece claro que formar parte del llamado Big Five- los cinco países que participan directamente a la final cada año por ser los que más aportan al ente televisivo europeo- no favorece. El fracaso de España suele ser compartido con estos países, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, a pesar de que este año el representante italiano ha estado a punto de dar la sorpresa. ¿Es un castigo de los demás países por considerar injusta esta medida? Puede ser, no lo vamos a negar. Pero lo cierto es que España parece no tener ni como aliados a los estados que se encuentran en la misma situación, ya que ninguno de ellos le ha dado un solo punto. Tampoco la vecina Portugal, que tradicionalmente ha sido generosa con el estado español, se ha acordado este año de Miki.
La canción La venda puede gustar más o menos, pero era una propuesta festiva, cargada de energía y de las que sorprende, factor clave para quedar en un buen lugar en este festival. Quizás vocalmente hablando había candidatos mejores, el ganador de este año Duncan Lawrence, es un buen ejemplo. Pero la propuesta del catalán era atractiva desde un punto de vista del espectador y ha sido ejecutado con gran profesionalidad. Otra cosa es que la puesta en escena se haya entendido más o menos, con el uso de unos simbolismos como la marioneta cuyos significados no han suficientemente asimilados en consonancia a la letra de la canción. También es cierto que este año Miki ha actuado en el último lugar, algo que, a priori, le favorecía, ya que la gente suele recordar mejor las últimas propuestas.
Mik con su equipo de bailarines en el escenario de Eurovision
Mik con su equipo de bailarines en el escenario de Eurovision (Sebastian Scheiner / AP)
Con Manuel Navarro nos escudamos en que el fatídico gallo del cantante le había pasado factura y el pasado año, con Amaia y Alfred, en que el medio tiempo abrazada a la azucarada pareja solo se entendía bien desde España ya que los jóvenes empezaron su historia de amor públicamente participando en el talent Operación Triunfo. Este año parecía que el maleficio iba a romperse con una propuesta que si no seducía por mensaje lo hacía gracias a su ritmo festivo. No ha sido posible.
Pienso que ahora sería oportunista analizar cómo se habría quedado con Famous cantando un tema funk en inglés o con una canción más urbana, género que va al alza, al estilo de Lo malo de Aitana y Ana Guerra. Es de suponer que el nuevo tropezón de España no se debe a un único factor, sino al conjunto de unos elementos que, por ahora, no favorecen la candidatura española: su presencia en el Big Five, los pactos geopolíticos que suelen acompañar el certamen o la falta de interés en Eurovisión que sí que se ve en otros estados hacen decrecer las opciones españolas en los últimos años en lo que puede convertirse en un bloqueo psicológico para los próximos representantes.

‘La venda’ tampoco funciona

Este año parecía que el maleficio iba a romperse con una propuesta que si no seducía por mensaje lo hacía gracias a su ritmo festivo

Dicho esto, la canción de Miki Núñez habla de dejar los prejuicios en casa y quererse más a uno mismo. Así que la consolación es que la canción será de las más bailadas en nuestro país durante este verano, y eso es un título que nadie nos podrá quitar. Lo de ganar Eurovisión habrá que dejarlo para otro año, quizás uno utópico en el que los participantes sientan más la música que el miedo a quedar mal con algún que otro socio. La buena noticia para Miki es que hace tiempo que quedar mal en Eurovisión ya no es un fracaso. La mala noticia para España es que nos estamos acostumbrando a salir de cada certamen con cara de tontos y con la sensación de que nadie nos quiere. Siempre podemos ponernos una venda y seguir para adelante. Algún día, las cosas pueden cambiar. No será este 2019. ¿Confiamos en Amsterdam?
Miki en la parte final de su show
Miki en la parte final de su show (Jack Guez / AFP)